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Ana Sofía M.

Querido 2021

Este es uno de los posts que más disfruto escribir, una carta al año que se va. Siempre leo la que hice el año anterior y se ha vuelto una tradición que me ayuda recordar lo mejor y lo más complicado de cada año. Así que, aquí va esta:


Querido 2021:

Tenía las expectativas altas. Tengo la costumbre de esperar mucho y anticiparme y este año lo entendí. Venía del 2020, que aunque para muchas personas fue devastador, para mí fue de los mejores. Poco a poco las cosas fueron regresando a la normalidad y aunque todavía no son como antes ( y tal vez nunca lo sean), regresé a hacer muchas cosas que me hacían falta.


Empecé el año con amaneceres extraordinarios en la Sierra Gorda. Seguí disfrutando a mi familia tanto como en 2020. Vi los árboles amarillos que me encantan llenarse de color y marchitarse en unas semanas. Disfruté mucho a amistades. Fui al mar, aunque no tantas veces como me hubiera gustado. Volví a bailar mucho, aunque ya no sé si es lo que más me gusta. Viajé muy poquito pero pasé por lugares nuevos no tan lejanos, también por algunos otros que extrañaba mucho.


Este año de regresé a esos lugares que extrañaba pero ya no eran los mismos y las cosas no volverían a verse iguales. Siendo sincera eso fue lo que más me dolió y todavía me duele. Ver lugares donde ni siquiera me di cuenta que era feliz y para cuando lo entendí ya era muy tarde. Sigo intentando hacer las paces con eso y es una lección que me ha traído este año, porque me pasa seguido. La nostalgia y yo, nos agarramos constantemente de la mano.


No leí ni un maldito libro, no cociné nada, no me moví tanto. Lo que me hace sentir que no quedan rastros de quien fui el año pasado. Una parte de mí ni se acuerda de que le motivaba a esa Ana Sofía.


En Agosto me dio Covid y en 17 días de encierro se acumuló todo lo que no había querido ver en meses. Explotó enfrente de mí y no había para donde correr más que encerrarnos con todo eso de lo que no me había hecho responsable. No me extraña que haya sido en esas fechas, tenía tantas cosas acumuladas que siento que hasta fue el momento adecuado para hacer una pausa y arreglar lo que tenía en mi hecho un desastre.


También estoy orgullosa de mí, porque hice muchas cosas que en mi mente eran imposibles. Que me dormía todas las noches pensando que jamás iba a poder hacer y que mi vida estaba condenada a que mis miedos me controlaran. A veces se me olvida aplaudirme esos logros, que aunque hay cosas que me siguen aterrando, hoy puedo decir que mi "yo" de hace algunos años no creería hasta donde hemos llegado.


Lo interesante es que estoy terminando el año siendo una persona muy distinta a la que lo empezó. Con personas muy distintas en mi vida, en lugares que no me imaginaba pero con cosas de mí que siempre han existido y me dan mucho orgullo. Mi trabajo cada año se poner mejor y me permite crecer en todos los aspectos. La ansiedad se presentó formalmente por primera vez en mi vida y ha sido también una gran maestra. El trabajo interno que tuve que hacer en unos meses ha sido mayor que el que he hecho en muchos años y eso también me da gusto. Me alegra saber que siempre estamos cambiando.


Y aunque cada año es distinto, ya me doy cuenta de cuándo tengo miedo para solo abrazarlo. Tengo este don de siempre ponerme en situaciones de cambio sin acordarme de cuanto la sufro al principio, pero al final, termina por valer la pena. Por eso le agradezco a la Ana Sofía del pasado ser tan inquieta. Le agradezco su curiosidad y no dejar de estar buscando qué aprender, porque es esa hambre de todo, la que me ha abierto las puertas a miles de oportunidades. Oportunidades que se presentan como lugares, como situaciones, como personas, como nuevos hobbies...


Así que el 2021 ha sido un año de crecimiento y despertar aún si yo quería seguir cómodamente dormida soñando con el año anterior. También me ayudó a darme cuenta de lo fácil que es cambiar sin darnos cuenta pero que siempre podemos retomar esas partes de nosotros que tanto extrañamos y eso es lo que quiero hacer. Recuperar esa parte de mí que escribe, que lee de vez en cuando porque le gusta, que disfruta hacer algo en la cocina, que no niega tanto mover su cuerpo y que es genuinamente feliz.


Por otro excelente año que nos haga sentir impactados de cuánto estamos creciendo.


Con amor,








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