Un poquito de todo lo que fue mi 2018.
No sé ni por donde comenzar esta carta porque fuiste uno de los años más complejos de todos. Es fácil decir "vive tu vida al máximo porque en un segundo te cambia la vida", hasta que en serio te cambia. No es sencillo modificar tus prioridades; mucho menos adaptar un nuevo estilo de vida, sabiendo que cómo vivías no volverá a ser igual. No es placetero tener que cambiarlo todo cuando no quieres, cuando todo lo que tenías estaba bien.
Nadie es perfecto y nadie tiene una vida perfecta, eso me queda más claro que nunca. No estamos acostumbrados a lidiar con dolor, mucho menos con el de otros. Creemos tenerlo todo en orden hasta que las cosas se salen de control. Nos quejamos por cosas insignificantes y de la nada tenemos muchas razones por las cuales sí podríamos quejarnos. Creemos que vivimos en una burbuja y que nuestras decisiones no afectan a los que más nos quieren. Todo eso y más entendí este año.
Pero claro que no todo es malo, o por lo menos depende de como quieras verlo. Oportunidades, existen muchas y no hay que esperar a que lleguen a tocarnos la puerta, hay que buscarlas. Cuando todo se acomoda de manera adecuada hay que fluir con ello y dejar de complicarnos la existencia. No todo resulta como lo esperabamos, pero si está pasando de esta manera es por algo. El universo te da lo que recibe, y te da de más para que aprendas a apreciarlo. La familia es lo más bonito que tenemos, lástima que hasta que creecemos nos damos cuenta de esto. Encuentras gente bonita haciendo las mismas cosas que te apasionan. Viajar es lo mejor para desconectar y volver a conectar. La mente ocupada no tiene tiempo para preocuparse. Todo eso y mucho más aprendí de este año.
2018, solo te quiero dar las gracias por todas las experiencias que me diste a vivir; cada reto, cada experiencia y cada sensación nueva me vuelven más fuerte y con más ganas de ver todo lo que viene. Tenemos esta vida para disfrutarla así que hay que llenarla de actividades que nos apasionen y gente que nos haga sentirnos en paz. Pero sobre todo gracias por la gente tan increíble que me rodea a mí y a mi familia; este año más que nunca nos han demostrado que están con nosotros en las buenas y en las no tan buenas.
Con amor,
Ana Sofía.
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