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  • Ana Sofía M.

Polaroids con escritos #9: La trampa de la Comparación


En el último Polaroid con escritos, escribí sobre las crisis existenciales. Movió muchas cosas en mí pero sé que también en las personas que me rodean por algunos mensajes que me llegaron. De ahí fue de donde surgió la idea de tocar el tema que creo que se conecta perfecto a las crisis existenciales que es: La trampa de la comparación.


Así que así fue cómo llegué a estas conclusiones.


Hablé de esto con un amigo, me dijo algo que no ha salido de mi cabeza: tenemos tantas opciones que es difícil saber qué es lo que realmente queremos y todo se vuelve un punto de comparación.


Me quedé dándole vueltas a esa idea y me di cuenta de que efectivamente todas esas posibilidades que tengo frente a mí las estoy usando para comparar mi vida, mis procesos, "mis éxitos", lo que quiero o lo que pienso que debería de querer.


Veo gente, que ni conozco, viviendo en un pueblito surfista al otro lado del mundo y quiero eso. Pero después veo a alguien en Copenhague trabajando en dirección creativa para la industria de la música y digo "eso también quiero". Luego veo a alguien viviendo como nómada digital en Vietnam, tomando fotos y vendiendo prints, y pienso "¿y si hago eso?". Veo las historias de alguien que conocí por 2 días en un viaje a Croacia, que ahora mochilea por todo Asia, y digo "¿cómo lo hace y por qué yo no lo estoy haciendo?".


Son tantas las opciones y son todavía más los puntos de comparación que me la vivo confundida.


Mientras le estaba metiendo más cabeza a esta idea, me acordé que en la universidad tomé fotografía y leímos a un autor cuyo nombre no recuerdo (si alguien se acuerda quién es me avisa y lo pongo) , pero su discurso giraba en torno a que hay demasiadas imágenes en el mundo. Vivimos en una época donde en un solo día vemos más imágenes que las que nuestros abuelos o tal vez bisabuelos veían en un año. Es demasiado cierto, como somos bastante esclavos a los celulares y en todos lados hay pantallas no sé cuántas imágenes vemos en un día promedio, pero deben ser cientos, entre redes sociales, publicidad, historias. Ni hablemos de video, ahí hay miles más.


Nunca lo había pensado así porque es algo tan cotidiano que no lo cuestiono pero mi conclusión es que todas esas imágenes sirven como puntos de comparación. Entonces no solo veo miles de imágenes diarias, sino que también puedo ver los estilos de vida de miles de personas. Personas que probablemente nunca hubiera conocido, ni cruzado en la vida. Aunque sé que no todo es real, ahí encuentro tantas opciones que a veces siento que quiero todo a la vez, y eso no siempre es posible.


En este mismo segundo me acabo de meter a mi feed a ver qué cosas me salen y entonces quiero ser la morra que seguí porque me parece admirable que tenga su propia agencia de marketing, pero también quiero ser la que ahorita anda haciendo el Camino de Santiago, o la que está comiendo algo que ni sé bien que es en Río de Janeiro. Siento que ya no voy a poder scrollear por la vida sin hacerme tantas preguntas existenciales.


Ya vi que lo que me atrae son los aspectos hermosos del storytelling que tienen estas personas. Les aplaudo porque cuentan sus historias de vida de manera extraordinaria. El problema soy yo, que fácilmente me dejo convencer y quiero la vida de todo mundo.


Mi problema en este momento no es no saber qué quiero, sino que lo quiero todo.


La vida no funciona así por lo que me estoy haciendo cargo de no ponerme las cosas complicadas y ayudarme a dejar de compararme.



Esto es lo que estoy haciendo:


Dejar de seguir a personas con vidas que no tienen nada que ver conmigo. No quiero seguir comprando los sueños de personas que ni conozco.


Planificando las cosas que realmente (creo) que quiero. Las ideas que sí quiero probar, las estoy poniendo en mi agenda con lugar y fecha. Antes de mudarme a la playa porque creo que mi sueño es ver delfines a diario, empezaré con un viaje. Luego veré si es el lugar correcto para mí.


Leer menos libros de crecimiento personal. Estoy harta de los tips y consejos de "éxito" Estoy enfocándome más en novelas. Con las novelas me resulta más fácil diferenciar entre la ficción y mi realidad. Ahí no se me complica compararme.



Cambiar mi enfoque hacia mi bienestar físico. Me siento demasiado vulnerable compartiendo esto pero creo que es necesario porque estoy segura que no soy la única. Este año empecé a cambiar mi alimentación y ejercicio. Sin darme cuenta, comencé a seguir contenido relacionado con vida fit y cuerpos que no tienen NADA que ver conmigo. Aunque admiro esos estilos de vida, tengo muchos menos en común con esas personas de lo que creía. No quiero que mi tiempo ni mi completa energía estén enfocados en cómo me veo. Por eso, ahí sí me he tenido que esforzar más en dejar de compararme y en enfocarme en mis propios resultados y en lo que puedo lograr con lo que tengo.


Aunque las comparaciones pueden servirnos como una brújula para saber lo que queremos, en este momento estoy necesitando que la mía dejé de apuntar a tantos nortes y solo se enfoque en enseñarme cómo regresar a mí misma.


¿Alguien más se siente así? Siento que estoy saliendo de la trampa pero hay días en donde cuesta más trabajo. Si alguien ha pasado por algo similar y si esto lo sintieron como una continuación al escrito de crisis existenciales de la semana pasada. Me encantaría saberlo.


Si quieren que siempre les lleguen estos escritos a su mail, pueden suscribirse aquí.


Con cariño,


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