Aquí va otro escrito, de los que llegan de noche y sin avisar pero para todos los que necesiten leerlo.
Uno se considera adaptable hasta que llega el momento de hacer verdaderos cambios, de esos que duelen, que crean incertidumbre, de los que nos gustaría regresar el tiempo para hacer las cosas diferentes para que no tuviéramos que estar así ahora. Pero es imposible, y no tienen ningún sentido querer regresar al pasado cuando el pasado ya hasta se olvido de nuestro nombre.
Los cambios los necesitamos, a veces son obligados, a veces son por elección pero hay que aventarse, aventarse a nuevas posibilidades que sabemos que nos llevarán a otro lugar que no será cómodo pero del que aprenderemos tan solo lo suficiente como para volver a necesitar un cambio.
Esta historia se repite así, constantemente porque hay partes de nosotros que necesitan quemarse hasta hacerse cenizas ,solo para que crezca algo nuevo. Hay sentimientos que hay desenterrar para que vuelvan a ser libres. Hay recuerdos que se tienen que ordenar y acomodarse debajo de nosotros para que sirvan como escaleras que nos acompañan a un lugar más alto. Hay días que por suerte no se repiten y otros días que se graban en las pupilas de nuestros ojos para que siempre que queramos, los podamos volver a ver.
Con amor,
Ana Sofía
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