Este es uno de los posts que más disfruto escribir, una carta al año que se va. Siempre leo la que hice el año anterior y se ha vuelto una tradición que me ayuda recordar lo mejor y lo más complicado de cada año. Así que, aquí va esta:
Para empezar a escribir estas cartas, siempre leo la del año anterior y cada vez me doy más cuenta que la única GRAN constante en mi vida (y en la de todxs) es el cambio. Lo dije el año pasado y lo vuelvo a ver hecho realidad este año: a veces creo que no queda nada de la Ana Sofía del 2020, ni de la del 2021. Me he movido tanto de lugares, de personas, de espacios, de ideas y de prioridades que me da nostalgia volver a leer a mis "yo" del pasado.
Este año se sintió como 2 y creo que mucho tiene que ver con que sigo en la universidad y los semestres marcan parte del ritmo de mi vida.
El primer semestre del 2022 no fue ni el más bonito, ni el más fácil aunque hubo muchas experiencias preciosas. Estuve en el mar, vi delfines, algunas espaldas de ballenas. Bailé mucho, vi a mis artistas favoritos, conocí a personas increíbles que ahora no pienso soltar por nada del mundo, me reí mucho y trabajé mucho. Pero también, fueron meses difíciles. Tuve el corazón muy roto. Tuve que decir adiós a situaciones que pensé que formarían parte de toda mi vida. Aprendí lo mucho que cuesta poner límites y sostenerlos con las personas que quieres. En lo general, no la pasé taaan bien en mi cumpleaños, cuando ya me había acostumbrado a disfrutarlos tanto. Batallé muchísimo con dejar ir, especialmente cuando es lo único vínculo que queda con algo que amaste mucho.
Pero no todo fue tan semiamargo. La segunda mitad de mi año fue una completa locura de felicidad. Me mudé a un lugar que me hace muy feliz, donde la vista que tengo me emociona todos los días. Por fin, tuve un semestre académico donde disfruté lo que estudié y aprendí demasiado. Conecté con muchas personas nuevas que me hicieron sentir muy viva. Comí delicioso, como si por fin hubiera podido disfrutar la comida de nuevo. Me aventé sin muchas expectativas por una oportunidad que ni sabía si llegaría y me encontró; era para mí. Todo se acomodó. Absolutamente todo. Si me hubiera esforzado un poquito más, yo creo que ni se hubiera dado tan perfecto.
Regresé a bailar mucho y a disfrutarlo. Dormí poco con tal de no parar ni un segundo. Dije que sí a todo. Me dediqué a vivir este último semestre como si todo lo que tuviera se fuera a acabar por un rato porque así será. Abracé mucho. Aproveché el tiempo que tengo con mi familia. Cumplí mil sueños que le debía a la Ana Sofía de 17 años.
Hice muchas cosas por primera vez y fue aterrador pero emocionante. Ahora hago cosas a diario que pensé que jamás iba a lograr y que iban a determinar mi vida. Mis miedos han perdido poder sobre mí, ahora solo me acompañan.
Si tuviera que resumir este 2022 en una palabra sería "cambios".
Cambios que se sembraron este año y que van a seguir modificando absolutamente todo el año que viene. Tanta modificación se sintió como vivir dos vidas. Me cae mejor la Ana Sofía del segundo semestre del año. Ya no anda tan rota. Tiene muy claro lo que quiere. Ya no habla, ni escribe como la de antes. Cambió de sueños. Se relaciona muy diferente con sus miedos. Por fin se está logrando liberar del "que dirán" que la limitó por mucho tiempo y anda por la vida pisando con mucha más paz, aunque el mundo se siga presentando con incertidumbre; la sabe navegar mejor.
Esto fue el resumen del 2022. Mucho que sentir y vivir estos últimos 12 meses. Una gran cantidad de momentos y personas que agradecer. Miles de recuerdos que coleccionar.
Qué emoción los 12 meses que siguen.
Con amor,
Algunos recuerdos de 2022. Farvel.
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