Mi escritora favorita, Elizabeth Gilbert, regresó a México y tomé un workshop con ella.
El fin de semana pasado, tuve la fortuna de asistir a un taller en México con Elizabeth Gilbert, mi autora favorita, quien a escrito libros como "Comer, rezar, amar", "Libera tu Magia", "Ciudad de Mujeres" y muchos títulos más.
Vino a México en un evento que duró todo un fin de semana organizado por Charms, una escritora que admiro y que se ha convertido en una gran aliada para traer a Liz a compartir su conocimiento a nuestro país.
El año pasado, Charms, la trajo a México para una conferencia. Fue un evento tan inspirador y tan particular que incluso la misma Liz se contagió del entusiasmo mexicano y estuvo de acuerdo en regresar para hacer algo más grande. Así fue cómo este 8, 9 y 10 de noviembre Liz regresó a Ciudad de México para un workshop de 3 días de la mano de Charms, llamado "Taller de Sueños Audaces".
A lo largo de tres días, diferentes speakers compartieron sus historias inspiradoras. Se Regalan Dudas grabó un episodio en vivo junto a Liz donde ella nos dio cátedra con todas sus opiniones llenas de congruencia. Charms nos enseñó a plantear sueños audaces, sin olvidarnos que si nos enamoramos de una sola meta, nos podemos estar condenando a la decepción. Por último, el gran cierre de este fin de semana fue el gran taller de Liz Gilbert, donde a diferencia de lo que muchos creen, no nos enseñó nada sobre cómo escribir.
Como lo dijo ella, aquí vamos a hacer "soul work", trabajo de autoconocimiento para poder desprendernos por completo de la idea capitalista que más nos está robando la oportunidad de disfrutar de nuestro camino: tener un propósito.
Esto no fue lo único que vimos y para poder resumir aquí todo lo que aprendí, tendrían que haber tomado el workshop, pero esto para mí fue lo más trascendente, lo que me dejó con mucha tarea y donde estoy fracasando desde que salí del taller.
A través de ejercicios guiados donde revisamos nuestros miedos, lo que nos encanta y a lo que no nos damos permiso porque creemos que no lo merecemos, Liz no hizo darnos cuenta de lo absurda que es la idea de vivir una vida buscando un propósito. Es irracional la idea de encontrar 1 sola cosa que nos haga felices, en la que tengamos habilidades destacables, que sea única e irrepetible en un mundo con billones de personas y que además nos permita vivir cómodamente de ejercerla.
La alternativa que nos regaló Liz, que es como ella vive su vida, es pensar que todas las personas vinimos a "Earth School" para aprender y para graduarnos en su momento, pero mientras, nuestra única chamba es mantener con vida y lo menos miserable posible a la alma que nos encarna y que decidió vivir esta experiencia humana. (Por favor no se me pierdan con este rollo espiritual, hará más sentido.)
Es pensar como si dentro de nuestro cuerpo, también habita nuestro niño o niña interior, que con toda la inocencia del mundo decidió venir al Planeta Tierra a vivir una aventura, solo para darse cuenta que no hay lugar más aterrador en el universo para hacerlo.
Entonces, tal vez la experiencia humana se trata de cuidar y asegurarse de que esa versión nuestra viva su mejor vida. Esa creo que es la mejor brújula que nos dio Liz en su taller.
Porque desde este momento, cada vez que estás en una relación, en un espacio, tomando una decisión, eligiendo algo, conviviendo con una persona, te puedes preguntar si dejarías que esa versión tuya estuviera ahí.
Lo más doloroso es cuando sabes que la respuesta es "no". Que no dejarías que alguien a quien tienes que cuidar se quede en la relación en la que estás o que tenga las amistades que tienes o que se alimente únicamente de vez en cuando de cosas que le hagan bien.
Es entender que si empezamos a tomar decisiones desde cuidar a esa versión inocente que vive dentro de nosotros, vamos a tener que elegir muchas cosas distintas.
Para mí esta fue la parte más dura e incómoda del taller. Me aterró porque no había ni acabo la conferencia y yo ya estaba haciendo planes para hacer todo lo que Liz nos enseñó que no hiciéramos.
Fracasé como estudiante ese día. Me llevé con personas que sé que necesito soltar si quiero sentirme más en paz. Necesito dejar de estar disponible para personas que su miedo les hace elegir la opción más segura y que esa opción sea yo. Necesito dejar de enamorarme del potencial que veo en las personas y aceptar la realidad de la situación. Necesito dejar de regresar a lugares que pienso que son seguros solo porque son familiares y porque en mí vive un miedo de que si lo dejo ir no vendrá algo mejor.
Esta no fue la única lección del taller con Liz y el fin de semana con speakers, pero sí fue una de las que más me hizo tener que sentarme a escribir. Las palabras no me van a alcanzar para explicar el ambiente tan vulnerable y a la vez seguro de tener a más de lo que parecieran 500 personas compartiendo sus miedos entre ellas, sus placeres más grandes en la vida y sus sueños.
Sí, fallé en esta primera parte de la tarea. No la hice pensando que nadie me iba a pedir al final del semestre que la entregue, pero ahora sé que si sigo acumulando tareas, el final va a ser insoportable. Así que no sé si logré hacerla toda, pero por lo menos iré adelantando, ya sé que la tengo que hacer.
Después de este taller ya no puedo decir que no sabía, pero ahora me toca hacer algo por cuidar a esa versión más inocente de mí que vino a Earth School a aprender pero no a sufrir.
Ojalá que todas las personas podamos empezar a elegir desde ahí porque eso nos haría más compasivos, con nosotros y con quien tenemos enfrente. Al igual que nos permitiría ser completamente honestos con lo que estamos sintiendo decidiendo, sabiendo que lo que alguien más elija tiene que ver con lo que necesita para sobrevivir a esta escuela, no es personal. Nada lo es.
La tarea sigue en pie y aunque no la logré el primer día, no pasa nada, puedo volver a intentarlo. Quiero volver a intentarlo.
Con amor,
Recuerdo del 2023 con Liz Gilbert
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