Las Cartas desde Perú se acabaron. Estoy de regreso en México y aunque hay varios artículos que quiero escribir sobre el viaje, también significa que regresamos a las Polaroids con Escritos. Aquí está la primera en 2 meses con mucho amor y vulnerabilidad.
Ya lo he mencionado antes pero a mí, los finales me empiezan a doler incluso antes de que algo acabe.
La nostalgia es una emoción que me empieza a tomar la mano en los momentos más felices de mi vida y me susurra: “Solo acuérdate que esto se va a acabar”. Ahí me empieza a inundar la angustia. Intento concentrarme en la felicidad que siento pero siempre con el miedo de no volver a sentir lo mismo.
Y es la verdad, no voy a volver a sentir lo mismo. Voy a sentir otras cosas, en otro lugares y con otras personas. Todo eso lo sé pero no quita el hecho de que así lo siento.
El otro día que hablaba esto con una persona que quiero mucho, me dijo:
“No volverás a sentir lo mismo, es imposible.
Ningún momento en la vida se repite de la misma manera, y por eso los momentos bonitos hay que aprovecharlos al máximo porque una vez que terminan, terminan para siempre. Lo único que podemos llevarnos de ellos es un recuerdo, una foto, un vídeo, una emoción, una idea, un olor, un sabor o lo que te hizo sentir.
Nunca volverás a sentir lo mismo que sentiste una vez. Eso es algo triste o feliz dependiendo de cómo lo veas, hace que cada momento sea mucho más valioso y único. Y si bien puede ser muy difícil, creo que es mejor agradecer por el hecho de que sucedió en lugar de entristecerse porque terminó.”
Sus palabras me dieron muchísima paz. Sentí que encontré eso que me faltaba para combatir un poco mi nostalgia. El antídoto que estoy encontrando es la gratitud.
La infinita gratitud que siento por haber podido sentir, vivir, ver o estar presente en ciertas situaciones.
El agradecimiento a mí misma por haberme arriesgado, al universo por darme oportunidades y a quienes me rodean por hacer del camino un recorrido que me hace que me den ganas de que esto nunca acabe.
Si hay alguien más que vive con esta sensación, alguien a quien se le está colando la nostalgia en los momentos más importantes de su vida, les quiero regalar esto que a mi me regalaron. Agradecer lo vivido y saber que esos recuerdos van a vivir contigo siempre. Que en 20 años te vas a ir a dormir acordándote de todas esos momentos que te hicieron sentir vivo y ojalá que en lugar de que conectemos con la nostalgia, deseando poder regresar el tiempo, seamos capaces de sólo agradecer y estar infinitamente felices sabiendo que estuvimos ahí. Que tomamos el riesgo, que nos enamoramos por completo, que abrazamos a quienes queríamos, que os cumplimos los sueños que nos prometimos, que estuvimos en los momentos importantes para las personas que nos rodean.
Ojalá podamos verlo como una colección de momentos que nos construyen y no como vacíos que quisiéramos volver a llenar.
Con esto me despido de esta Polaroid con Escrito. Todavía me falta mucho que escribir sobre mi viaje a Perú, sobre lo que ha sucedido en mi regreso, sobre las dudas que ahora tengo, sobre los nuevos sueños que quiero plantearme porque siento que ya no tengo tantos como me gustaría.
Gracias por estar aquí leyéndome. Nos vemos la siguiente semana.
Con amor,
Ana Sofía
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