Decir Sí: Cómo Abrir Nuevas Puertas
El viernes pasado no logré escribir. Esta semana tampoco, pero mejor escribir en sábado que nunca presentarme por aquí.
Me he estado comportando como la Ana Sofía que vivía de intercambio. Estoy llenando mis semanas de actividades que me emocionan. Aunque mi cuerpo termina agotado, agradezco tanto estar viviendo como si todo fuera nuevo. Como si cada plan fuera único, como si estuviera volviendo a conocer a mis amistades, como si fuera una turista en las dos ciudades en las que siempre he dividido mi vida.
Esto me lleva a lo único que me interesa compartir hoy y que tal vez se animen a hacer conmigo: decir más SÍ.
Foto: @kaputspeak
Empezando por cosas tan sencillas como hacer algo que me saque tantito de mi zona de confort, ir a un plan aunque no parezca ser el mejor, escuchar lo que alguien que no veo desde hace muchos años tiene para decirme, conocer a personas nuevas. Cuanto más he dicho sí a ciertas cosas, más me doy cuenta que hay muchísimas cosas bonitas disponibles para mí.
Decir más sí NO significa dejar de decir no a lo que evidentemente no quiero. Mis prioridades, límites y claridades las tengo muy claras en este momento, y son lo que me ha ayudado a no regresar a lugares donde no puedo ser completamente yo. Pero, fuera de eso, a todo lo demás que puede resultar en algo diferente o en el momento más insignificante de mi vida, digo que sí. No hay mucho que perder y muchas posibilidades que se abran puertas nuevas.
Así que, si se animan a decir más que sí y se acercan a la lista de cosas que sí quieren en su vida (de la que hablamos hace 2 polaroids), me cuentan.
Gracias a mis "sí", he terminado en planes increíbles, aunque vaya completamente sola.
Foto: @kaputspeak
He pasado tiempo con gente que me ha sorprendido y me ha enseñado mucho sobre mí.
He hecho nuevas amistades, he crecido profesionalmente, he cumplido dos o tres sueños que ni sabía que tenía y estoy a mes y medio de irme de viaje, uno con el que soñé por años y ¿adivinen qué? Me voy sola.
¿Me muero de nervios? Por supuesto. Pero como siempre, y quienes me conocen lo saben, vivo sintiendo que la vida se me acaba y que el tiempo también (aunque no sea cierto). Eso me hace sacarle el máximo provecho a ciertas cosas, como la Ana Sofía que vivía en Copenhague, que sabía que todo lo que hay es temporal y que lo único que tiene es el ahora.
Con eso termino este escrito con sus respectivas polaroids. El siguiente viernes el mando otro en tiempo y forma. Quedo pendiente de su listas de sí de la semana.
Con cariño,
Ana Sofía
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