top of page

Carta #10 desde el Perú: Ver ballenas todos los días y mis mejores consejos para viajar sola

  • Foto del escritor: Ana Sofía M.
    Ana Sofía M.
  • 30 sept
  • 4 Min. de lectura

ree
ree
ree
ree

Llevo 6 días de regreso en Perú y siento que ya he vivido mil vidas. Jamás pensé que en un pueblito al norte de este país iba a encontrar un lugar que me hace feliz, donde lo único que hay que hacer es observar ballenas, surfear, ver el atardecer, comer delicioso, levantarse temprano y dormir cuando se esconde el sol.


Este es verdaderamente un paraíso (o lo es para mí). Un sueño para quienes amamos a las ballenas, porque aquí no hay mucho más que hacer que verlas y estar en el mar.


ree

Hace 5 días comencé como voluntaria en Pacífico Adventures y en tan poco tiempo he aprendido más que en cualquier curso o capacitación. Más allá de los datos y la investigación, lo que más me impresiona es el esfuerzo de quienes se dedican a esto.


Durante los 4 meses de temporada de ballenas, salen todos los días a las 6:20 de la mañana con botes listos para avistar de manera responsable y mostrarle a los pasajeros lo maravillosos que son estos seres con los que compartimos el mundo. Eso significa madrugar, llegar a tiempo, preparar embarcaciones, equipo y tripulación, siempre listos para navegar.



Lo más bonito de estos días es que siento que pertenezco aquí. En menos de una semana he hecho amistades, he tenido los planes a los que siempre soñé que me invitaran y yo también he podido invitar a otros a los planes que ni me imagine que iba a tener tan pronto.


ree

Mucha gente se sorprende cuando cuento que viajo sola, pero en realidad nunca estoy realmente sola. Siempre encuentras compañía en el camino. Hay destinos que se sienten más solitarios, pero hay otros llenos de personas con intereses en común y ganas de conocer el mundo. Creo que también es mucha actitud. Yo trato de presentarme a estas situaciones con corazón y mente abierta, al igual que con la disposición de hacer un esfuerzo por socializar.


No siempre se da, y tampoco quiero romantizarlo porque hay días que nada más no se puede. La vez que estuve en Caye Caulker, en Belice, con todo y que iba con una amiga, nunca había sentido tan difícil hacer amistades. Me sentí demasiado sola. No iba en el mismo plan que la gente de la isla. Yo quería snorkelear y disfrutar de la naturaleza, mientras que me encontré con pura gente 8 años menor que yo que solo quería rum-punch y ligar. No teníamos nada en común.


Y como quiero que estas cartas sirvan para algo más que contar mi experiencia, hoy tenía ganas de compartir los consejos que más me han ayudado a sentirme cómoda viajando sola porque la gente se sorprende mucho cuando digo que vengo sola, como si fuera algo muuuy difícil. Y aunque sí lo es, es mucho menos complejo de lo que parece y no es para personas adictas a la adrenalina y que no sienten miedo, porque yo soy todo lo contrario. Así que si yo puedo cualquiera puede y este es un buen lugar por donde empezar:


  1. Elegir destinos o actividades donde sé vas a encontrar personas con intereses en común.

    ree

    Antes de llegar a Órganos, investigué y seguí cuentas en Instragram de buceo de la zona, hostales, actividades, etc. Así conocí a Eimy, voluntaria en Chelonia, un centro de buceo. Le escribí para organizarnos, contarle que iba de voluntaria al mismo pueblo y, desde el primer día, nos fuimos a ver el atardecer. Ella me presentó a sus amistades y poco a poco fui conociendo más gente. Si no me hubiera atrevido a mandarle mensajito, me hubiera perdido de una nueva amiga y muchos planes divertidos.


  1. Hacer planes que generen comunidad

    Lo más común sería un voluntariado pero si no hay tiempo de tanto se puede buscar lo mismo en un hike de fin de semana o un walking tour. Lo importante es tener iniciativa: no esperar a que te propongan un plan, sino proponerlo tú. Acércate a la gente, haz preguntas, invita a alguien de ir por un café, de ver el atardecer, de compartir una comida o intercambiar contactos. Habrá quienes quieran y puedan, y quienes no, pero siempre hay más viajeros con ganas de conectar.


Hace unos días, por ejemplo, fui a una capacitación del voluntariado y conocí a varias personas que luego me invitaron a otros planes y me incluyeron en su grupo. Eso me hizo feliz porque me recordó que muchas conexiones nacen de algo tan simple como compartir mesa con alguien y hacer una pregunta. Porque pasa en todos lados, en conferencias, en la universidad, en eventos de chamba, etc.


  1. Ir a donde eres invitado.

    ree

    Este es mi consejo más valioso y ya he escrito sobre esto antes. Cuando viajas, las oportunidades son únicas. Los planes no se repiten, los mismos grupos de personas difícilmente se vuelven a juntar. Si es una invitación que te llama, tómala. Ya habrá tiempo para dormir, descansar, hacer lavandería o empacar después. Las amistades cuando viajas no se repiten, las coincidencias son fugaces, así que vale la pena aprovecharlas.


Con estas fotos de las ballenas en el norte de Perú me despido.

ree
ree
ree

Este lugar es mágico y estoy muy contenta de haberme animado a venir hasta acá para verlas.


Nos leemos en la siguiente carta. La anterior está aquí y en Instagram voy compartiendo más seguido todo lo que me voy encontrando en el mar.


Con amor,

 
 
 

Contáctame

Escríbeme si te identificas con algo de lo que escribo o si te gustaría trabajar conmigo.

Para lo que necesites, estaré feliz de leerte. 

¡Tus datos se enviaron con éxito!

bottom of page