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  • Ana Sofía M.

Oaxaca de mi corazón.


Amo los fines de semana lentos y desde Enero creo que no había tenido uno para poder sentarme a escribir como me gusta, pero hoy finalmente es un buen día para hacerlo y les traigo un post que moría por publicar: Mi viaje a la preciosa ciudad de Oaxaca.


Llevaba tanto tiempo soñando con ir a esta ciudad que en cuanto se me presentó la oportunidad no lo dudé ni tantito. Así que después de visitar las hermosas playas de Oaxaca (les dejo ese post aquí) por fin pude conocer su capital y aquí están TODAS mis recomendaciones.


Primero volamos a la ciudad de Oaxaca y de ahí tomamos un taxi que nos llevara al mero corazón de la ciudad. Nos quedamos en un Airbnb en el centro, que es lo ideal para poder recorrer el centro a pie y disfrutar de gran parte de sus joyas culinarias e históricas.


¿Qué hacer en Oaxaca?

Esta ciudad ofrece muchísimas actividades y para poder hacerlas todas nos hubiera gustado tener un poco más de tiempo pero con lo que hicimos, terminamos felices.

En total fueron 4 días.


Hierve el agua

Hay muchos tours que durante todo un día te ofrecen ir a visitar estas cascadas petrificadas, junto con otras atracciones turísticas. Nosotros decidimos que la mejor opción para nuestro itinerario era rentar un coche para poder ir a nuestros tiempos y sin prisas.

Lo mejor es llegar temprano a Hierve el agua para que puedas disfrutar de la vista y de la maravilla que es. Este lugar se convirtió en uno de mis favoritos, el agua toma distintos tonos de azul y verde, las petrificaciones tienen las formas más exóticas y no hay nada más mágico que sentir con tus pies descalzos el agua helada.

Hace mucho calor, hay que llevar agua y protector solar de preferencia natural para que no se dañen las petrificaciones. En mis fotos pareciera que no hay nadie, pero había mucha gente. Hay que buscar los mejores ángulos y ser paciente.


Mitla

Después nos encaminamos a conocer estas ruinas arqueológicas que están cargadas de historia. Mitla significa “lugar de muertos”y hace referencia a varias de sus construcciones que estaban destinadas a ser tumbas de personajes importantes y sacerdotes de la cultura zapoteca. Aquí también es donde nos podemos dar cuenta de la fusión de las culturas prehispánicas e hispánicas. Tenemos las ruinas y templos zapotecos pero también una iglesia. El diseño, en lo que aún nos dejan apreciar las ruinas, es exquisito. Tomé unas clases de cultura del diseño y lo que hacían nuestros antepasados en cuanto a diseño era de excelente gusto y máxima calidad. Tanto así que hasta la fecha sus diseños son imitados y hechos pasar por "contemporáneos". Sí, eran todos unos genios.


Árbol del Tule

Después de Mitla hicimos la parada tradicional al árbol del Tule. Mucha gente hace una parada antes en el Valle del Teotitlán que es un pueblo especialista en tejidos, no pudimos ir porque se nos acababa el día y porque consideramos que son demasiadas paradas en un solo día. Definitivamente habrá que ir después, con suficiente presupuesto porque los telares se venden a precio justo, son piezas hechas con muchísimas dedicación y que toman mucho tiempo. (De favor seamos buenos turistas siempre y no practiquemos el famoso regateo)


Por fin en el árbol, entramos pagando 10 pesos y escuchamos la explicación que te dan los niños locales sobre el Tule y las figuras que se dibujan en el tronco. Hay un elefante, un león, un cocodrilo y muchas más. Fue increíble ver en persona este árbol. Jamás me imagine su majestuosidad y las fotos que había visto no le hacen justicia.


Monte Albán

A Monte Albán le dedicamos todo un día. Hay unos camiones que salen desde el centro y por 70 pesos, te llevan a Monte Albán y te regresan.

Esta zona arqueológica es imponente. Es gigantesca, es emblemática, es hermosa. Me dio nostalgia estar ahí e intentar imaginarme lo que alguna vez pudo haber sido. Es una parada obligatoria a la cual hay que dedicarle tiempo. Uno puede ir leyendo las explicaciones que hay por todos lados o pedir la visita guiada. Váyanse preparados para mucho sol, poca sobra y ningún baño decente.


Centro de Oaxaca

En el centro de Oaxaca hay muchísimas cosas que hacer. En el camino, uno se encuentra miles de mercados, cafés y tiendas que valen la pena. Vean todo, pregunten, empápense de Oaxaca y apoyen el arte local. Para no alargarme más, les pondré aquí las que son paradas obligatorias:

-Iglesia de Santo Domingo

-Maco: Museo de arte contemporáneo de Oaxaca

-Mercado 20 de Noviembre: parada obligatoria para comer tlayudas, pan de yema y chocolate caliente.

-Mercado Benito Juarez: el lugar ideal para comprar todo tipo de artesanías, mole, café, auténtico chocolate.


-Taller Oaxaca Gráfico: para comprar piezas hechas en serigrafía de la mejor calidad y ver arte mexicano.

-El Jardín botánico: que no pudimos visitar por falta de tiempo, gracias a que solo se puede entrar en recorrido. Lo mejor es informarse de los recorridos e ir a visitarlo.


Llegamos a mi parte favorita: La Comida

Dicen que no hay mejor lugar para comer que Oaxaca, y es completamente cierto. Si les puedo dar un consejo es: una semana antes de ir, hagan RESERVACIONES en todos los lugares donde quieran comer. Me quedé con el antojo de probar muchos lugares justamente por eso. Con eso dicho, aquí van mis recomendaciones:

Pitiona

Cocina de autor deliciosa y mexicana. Lo mejor de aquí fue el platillo de mariscos. Si pueden, pidan la terraza que tiene una vista hermosa a Santo Domingo. $400 por persona


Los Danzantes

Un clásico de Oaxaca con mi comida FAVORITA de todas. Desde el pan y la mantequilla que te dan, hasta el postre es una locura. Comería ahí diario si pudiera. Les recomiendo probar de todo, entradas, el mole manchamanteles, los postres, el mezcal. $550 por persona

Selva bar

Este bar es de la familia de los danzantes. Aquí nos tomamos otros carajillos para cerrar con broche de oro la noche.


Boulenc

Este lugar nos lo recomendaron muchísimo y el día que fuimos, estaba cerrado, nos queríamos morir. Así que por favor asegúrense de organizarse para ir y que no esté cerrado.


Mercado 20 de Noviembre

Este es el mercado típico para comer como los locales. Aquí uno puede ir al pasillo de humo a elegir lo que se comerá o sentarse en uno de los miles puestos tradicionales y comer tlayudas con tasajo, cecina, pan de yema, chocolate y más.


¿Qué más hay que probar?

Por supuesto que no se pueden perder el mezcal. Yo llegué a Oaxaca sin tolerar el mezcal y ahora lo disfruto. Pídanse uno no tan fuerte y lo campechanean con sus naranjas y sal de gusano, es exquisito.

En la calle también se come delicioso, si ven un puesto de elotes o esquites, pruébenlos. Los esquites te los sirven en vaso o en las mismas hojas de maíz, por favor apoyemos la iniciativa y cuidemos el planeta, elijan las hojas de maíz.

Y por último, ¿Qué comprar?

Si tuviera que hacer una lista de todas las maravillas hechas en esta ciudad, nunca acabaría, pero aquí les dejo algunas de mis favoritas.

–Barro negro

–Telares

–Blusas o vestidos bordados

–Cestos de palma

–Alebrijes

–Café, chocolates, mezcal.


En fin... Ojalá esta guía les de un poquito de ganas de conocer la bellísima ciudad de Oaxaca. Si han ido cuéntenme más y si tienen alguna duda también pueden preguntarme,(si no la sé, les ayudo a investigar). Es de mis viajes favoritos y me lo quedo por siempre en el corazón. Espero regresar pronto.

Con amor,

Ana Sofía


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