Mis miedos se disfrazan de procrastinación | Regreso a a viajar sola por Perú | Polaroid con escrito 18
- Ana Sofía M.
- hace 17 horas
- 2 Min. de lectura
Cuando procrastino es porque me estoy muriendo de miedo.

Aplazo comprar vuelos.
No me atrevo a tener ciertas conversaciones.
Digo que voy a dedicar un día a algo y luego encuentro mis excusas para no hacerlo.
Y dejo que pase el tiempo como si eso fuera a solucionarlo todo.
Y yo sé que no es así.
Pero sentarme a tomar decisiones hace que las cosas se vuelvan reales. Requiere que me haga responsable de las consecuencias en ese momento, y a veces siento que no estoy lista para eso.
Regreso a Perú en menos de un mes y no tengo nada planeado. Tengo un vuelo de ida, pero no de regreso.
Tengo una estadía por 15 días y, después de eso, todo lo demás son ideas.
Ideas y sueños que viven en mi cabeza, pero que no han aterrizado en planes.
Sigo posponiéndolo como si algo fuera a pasar y un día todo estuviera listo y planeado, pero la realidad es que todo eso depende de mí. Y, por más práctica que tenga con esto, sigo sintiendo el miedo.
Miedo a: ¿qué tal si es una pésima idea? ¿Por qué me voy a volver a ir tanto tiempo sola? ¿Por qué elijo lugares y escenarios tan complicados? ¿Vale todo el esfuerzo o por qué no solo me puedo quedar quieta donde estoy?
Y yo sé que las recompensas de esas preguntas siempre son mejores que mis dudas, pero en este momento cuesta sentirlas.
Sé que vienen, me las imagino y sé que me las voy a agradecer. Pero ahorita qué pinche miedo decir “sí”. Se trate de reservar, renunciar a algo, hacer ese gran depósito, mudarte, aplicar, comprar el vuelo, cambiar de vida, irse, decidir regresar, admitir que nos equivocamos; lo que sea.

Qué miedo ese primer paso siempre.
Pero algo que he aprendido es que los compromisos imperfectos y en voz alta hacen que me ponga las pilas con todo y miedo y deje de procrastinar.
Así que, después de esta Polaroid con Escrito, voy a comprar el vuelo que me falta.
Y si a alguien le sirve, ojalá este escrito les ayude a hacer eso que andan procrastinando con todo y el miedo. Avísenme cuál es su compromiso y yo les echo porras.
Hoy, por ejemplo, en mi clase de meditación, una persona dijo que lleva posponiendo renunciar a su trabajo; que tenía que hacerlo desde la semana pasada, pero no lo logró, y estaba entrando a su semana con miedo y estresada por esa decisión.
Pero sé que salió de esa meditación sabiendo que en ella vive toda esa capacidad para atravesar ese momento incómodo, y ojalá este escrito tal vez pueda hacer eso por alguien más. Lo está haciendo por mí.
Seguro me faltan mil cosas más por dejar de procrastinar, pero hoy mi compromiso es ese.
Adicional: oficialmente vienen de regreso las Cartas desde Perú, y ojalá que también desde otro país al que quiero ir y que solo estoy esperando un “sí” para empezar a tomar grandes decisiones.
Quien quiere, puede leer las pasadas aquí para que sepas qué fue lo que pasó hace un año y, muy probablemente, lo que se viene para dentro de menos de un mes.
Nos leemos pronto,