top of page

Exponerte al rechazo para dejarle de tener miedo | Polaroid con Escrito #15

Ana Sofía M.






Exponerme al rechazo me aterraba, pero esto es lo que he aprendido desde que lo he hecho parte de mis días.


No sé si te has puesto a pensarlo, pero yo no entendía lo mucho que frenaba mi vida por miedo a un “no”.


Por perseguir un sueño que tengo, relacionado con escribir, hasta hace poquito me di cuenta de que comencé a exponerme al rechazo. Hoy amanecí con ganas de escribir lo que he aprendido desde que empecé a hacerlo porque ha movido muchas cosas en mí.


No lo hago como esos TikToks virales donde alguien se acerca a un grupo de extraños y les pide sentarse a comer con ellos. Ese tipo de terapia de enfrentamiento no es para mí. Más bien, me di cuenta de que hay proyectos y sueños que, aunque yo los haya abandonado, ellos no me abandonan a mí. Como este blog.



Pero lo importante, ¿cómo me he estado exponiendo al rechazo?


Lo he hecho desde cosas muy pequeñas en mi vida diaria, como pedir ciertos favores, hasta en cosas más profesionales, donde me he acercado a ciertas personas para pedirles que me enseñen más de lo que saben.


Todo ha empezado por la curiosidad. He visto tantos proyectos y personas haciendo cosas que me llaman la atención, que comencé a llenarme de preguntas. Sentí que tenía que hacer algo más que quedarme con las dudas, así que empecé a usar herramientas que, por suerte, hoy tenemos a nuestro alcance, como hacer preguntas por DM. Me puse a investigar las vidas de quienes han logrado muchas de las cosas con las que sueño y, de repente, van saliendo pistas.


Me he dado cuenta de que, muchas veces, no tomo cierta iniciativa porque siento que no estoy lista o que me faltan habilidades. También he llegado a pensar "Eso le pasa a otras personas, no a mí". Pero, sin darle tantas vueltas, empecé a hacer estas cuatro cosas porque mis ganas de ver el resultado se empezaron a hacer más grandes que mis miedos:


  • Pedir oportunidades.

  • Tirarle a las estrellas sin expectativas.

  • Hacer propuestas sin esperar respuesta.

  • Aprender a recibir (incluido el feedback).


Lo que el rechazo me ha enseñado



De las cuatro cosas que he hecho, estas son las lecciones que más me han transformado:


  1. Pedir oportunidades: Me hace aprender a ver dónde aporto valor y comunicarlo y aunque la respuesta sea “en este momento, no”.

  2. Tirar a las estrellas: Ir por cosas que se sienten muy fuera de mi alcance ha sido la prueba que he necesitado para darme cuenta de que, después de un “no”, no se acaba mi mundo. Al contrario, cuando se vuelven un “sí”, sé que era el momento correcto para intentarlo, aunque me moría de nervios.

  3. Proponer sin respuesta: No obtener lo que quería me ha mostrado que hay algo más grande esperándome o que aún necesito aprender algo antes de llegar ahí.https://www.asofiamach.com/post/no-se-recibir-reto-aprender-a-recibir

  4. Feedback como oportunidad: He dejado de romantizar ciertas ideas gracias al rechazo y he usado esos comentarios para crecer.


Hablando de esto, quiero contarles sobre Lola, una escritora que admiro profundamente. Escribe historias de viajes y parte de su trabajo como periodista es recibir muchos “no’s”. En su newsletter mensual comparte cuántos pitches manda al mes y sus resultados. Por ejemplo, en noviembre envió 22 propuestas:


  • 1 fue aceptada (pero la rechazó porque no le pagaban lo que vale su trabajo).

  • 5 respondieron que no.

  • 16 no contestaron.


Leer sus estadísticas y cómo es tan honesta me hace poner lo que yo hago en perspectiva. Me hace admirarla todavía más, al entender cómo ella se sigue enfrentando a rechazos constantemente y los ha integrado como parte de su trabajo. Lo más bonito —y ella muchas veces lo ha explicado— es que esos “no’s” no tienen nada que ver con ella o su talento. A veces tienen que ver con falta de presupuesto, temas ya cubiertos o prioridades diferentes de las publicaciones, que alguien se tardó en leer un mail, etc. Pero eso no quita que su trabajo sea extraordinario y que ella sea una profesional en el tema.


Inspirada por Lola, aquí va mi scorecard de cómo me he expuesto a rechazos esta semana:


  1. Mandé una propuesta para un artículo que quiero escribir. Sin respuesta.

  2. Pedí una oportunidad en una publicación con la que sueño. Dejaron de contestar.

  3. Pedí ayuda a mis amigos para un viaje. Me apoyaron, aunque sigo buscando exactamente lo que necesito.


La lección más grande


Ahora, estar más abierta al rechazo es como ejercitar un músculo. Cada "no" me ha hecho un poquito más fuerte y me ha ayudado a presentar mis ideas de mejor manera. Pero, sobre todo, me ha enseñado que todo lo que no sucede como esperaba está descartando lo que no es para mí.


Así que aquí va un reto: esta semana ponte en una situación que, si se da, increíble, pero si no, es un gran rechazo que te sirve para redirigirte.



Esto también me recuerda mucho a cuando me rechazaron 2 veces para mi intercambio hace 3 años y me esperé 6 meses para volverlo a intentar, solo para terminar viviendo en la ciudad de mis sueños. Fue el mejor año de mi vida así que hoy agradezco los "no's" que me alejaron de otros lugares para llevarme a Copenhague 1 semestre.


Yo, por ejemplo, tengo un DM pendiente a una escritora que muero de ganas de conocer y empaparme de su conocimiento. Mi reto esta semana será mandarle un mensaje. No tengo expectativas y tampoco me haré ilusiones, pero, si lo logro, les contaré. Y, si no sale, será otra bonita anécdota en mi cajita de rechazos, que solo me está haciendo más valiente.


Y ya que andas aquí, quiero invitarte a algo: ¿y si te atreves a exponerte al rechazo aunque sea 1 vez esta semana?


Haz esa pregunta, manda ese correo, pide esa oportunidad y, si lo haces, por favor cuéntame. Me encanta no sentirme tan sola en el proceso. Acuérdate que me puedes dejar tu correo aquí y cada vez que publique una Polaroid con Escrito o una carta más personas, te va a llegar a tu mail.


Con amor,


88 visualizaciones

Comments


Contáctame

Escríbeme si te identificas con algo de lo que escribo o si te gustaría trabajar conmigo.

Para lo que necesites, estaré feliz de leerte. 

¡Tus datos se enviaron con éxito!

bottom of page